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En la actualidad, mientras muchos colombianos desean buscar nuevas oportunidades en el exterior, un francés se quiere quedar en nuestro país. Y aquí exponemos las razones por las que El Francés tóxico le apuesta a Colombia.

Doniphane es un francés enamorado de Colombia, especialmente de Barranquilla, ciudad donde vive desde hace 12 años y de donde no planea irse por ahora, pues, le gusta que ahí, como parafrasea él; “la cogen suave”. Además, le ha cautivado la alegría y tranquilidad con la que los barranquilleros viven la vida.

¿Cuándo y a qué viniste a Colombia?

«Yo estudié una maestría de Administración de Empresas con énfasis en Marketing en Francia, y para obtener la maestría en mi escuela de negocios era requisito justificar mínimo cuatro meses en el extranjero haciendo una práctica o un intercambio.

Hice una práctica durante tres meses en Disney, en Estados Unidos. Luego, decidí irme también de intercambio a un lugar fuera de lo común para mí. Estaba pensando entre Colombia y Venezuela, y terminé llegando a Colombia.

En ese entonces, Colombia tenía muy mala fama por el secuestro de Ingrid Betancourt. Se hablaba mucho de esto, porque ella tenía su esposo francés; entonces era algo que en Francia sonaba mucho y entre más me decían que me iban a secuestrar o me molestaban con esas cosas, más ganas me daban de ir a conocer esta cultura.

Finalmente, llegué a Barranquilla y me fue súper bien. Estudié un semestre de Comercio y Negocios Internacionales en la Uninorte de Barranquilla y nunca me ha pasado nada malo, descubrí el carnaval, ‘pocotón’ de amigos y me enamoré de la cultura, entonces decidí radicarme en Barranquilla desde el 2012.

Comencé a ejercer como profe de marketing en una universidad de la costa y ahora soy el Francés Tóxico. El Francés Tóxico nace en la pandemia con la voluntad de ayudar a los demás de forma gratuita durante la cuarentena, y poquito a poquito se volvió una empresa constituida.»

¿Qué te motivó a venir a Barranquilla?

«Barranquilla es pura casualidad. Mi escuela de negocios tenía convenio con una universidad de la costa y tuve la suerte de llegar ahí. También estaba la facilidad de que ir a Colombia a hacer un intercambio estudiantil me salía menos costoso que en otros países, y llegar a Barranquilla con euros me permitió tener una vida más cómoda, salir, bailar, ir a la playa, viajar.

Luego me dejé seducir por la cultura caribeña que es muy cariñosa, muy acogedora, y, de forma general, en todo Colombia también es así, aunque siento que los costeños lo llevan a otro nivel. Llega un extranjero y lo quieren llevar a todos lados, ponerlo a bailar, y a mí me encantó eso.»

¿Qué es lo que más te gusta de vivir en Colombia?

«Bueno, yo voy a hablar de la región que conozco más: la Costa Caribe. Me gusta que la gente no se estresa tanto, es decir, como dicen: “la cogen suave”. En cambio, de donde vengo; la región ‘parisina’, la gente se molesta, se estresa, hay una tensión permanente.

Pero es curioso, porque eso también lo podemos encontrar en ciudades como Bogotá. Por eso me gusta especificar que Barranquilla es diferente y eso es lo que me gusta de ellos, que son relajados. Sin embargo, esto tiene sus pros y contras como en todas las culturas, pero a mí me gusta mucho que las personas sean así.»

Y ahora que muchas personas se quieren ir de Colombia, ¿Tú también te quieres ir?

«A mí me gustaría vivir entre Europa y Colombia, porque hay cosas que me encantan de ambas partes, pero lo que me hace quedar ahora en América Latina y lo que me gusta de desarrollar el Francés Tóxico en Colombia, es que siento que nosotros podemos apoyar a los colombianos que quieren salir adelante, que quieren estudiar afuera, radicarse en otro país, aprender un idioma por un precio que es muy asequible, y con una metodología que para mí es muy buena.»

¿Cómo te ves a futuro en Colombia?

«Yo quisiera en un futuro no tan lejano, desarrollar cursos inclusivos para personas con discapacidad a un precio que sea justo. Ahora mismo, a mí me anima iniciar a crear contenido para que dichas personas tengan acceso al aprendizaje de idiomas. También me gustaría desarrollar clases de Lengua de Señas Colombiana.»

Ver: Jostin, el estudiante tóxico que ve más allá de sus ojos

«No sé dónde estaré en 10 años, pero de lo que sí estoy seguro es que siempre tendré un lazo con la cultura latina, porque ya hace parte de mí.»

¿Qué es lo que más te gusta de ser el Francés Tóxico?

«Que estoy haciendo todo lo que me dijeron que nunca hiciera, es decir, yo tengo una comunicación que es mi estilo de comunicar. En mis redes sociales, yo promociono las clases como a mí me gustaría ver un curso en el cual me voy a matricular; yo dicto las clases como me gustaría recibirlas.

No estoy siguiendo el guion de las grandes universidades con el cuento de que nos vamos a volver bilingües en dos semanas y nos cobran un montón de dinero, sino que, con el equipo Tóxico, estamos siendo sinceros, francos. No les hacemos promesas falsas a la gente.

El Francés Tóxico realmente ‘pega’ con mi personalidad. No es una marca que finge ser algo. Cuando yo publico algo como, por ejemplo: “la atención al cliente es mi pasión” y hago ‘bullying’ cariñoso a alguien que me pregunta si podrá ser bilingüe el próximo mes y yo le digo: “no mi amor, yo no hago milagros”; ese soy yo en la realidad: sincero, sin filtro, y la marca es así también y eso me gusta.»

Ver: Francés Tóxico ¿curso serio o estafa?

¿Qué quieres lograr con el Francés Tóxico y para qué?

«Lo que yo quiero lograr con Francés Tóxico, es que el aprendizaje de un idioma llegue a personas que no tienen la posibilidad de estudiar con calidad y a un precio asequible. Veo que a nuestros cursos llegan personas de estratos 1, 2, 3; campesinos y adultos mayores que a veces ni escriben bien el español, porque no han podido estudiar lo suficiente. Bueno, pues, nosotros estamos ahí para ellos. Les queremos brindar esta oportunidad de crecer y aprender.

Yo quiero poder llegar a más personas, que más gente tenga acceso a nuestras clases virtuales, porque siento que aprender un idioma no es solamente aprender un sistema de comunicación; es también tener la posibilidad de conectar y relacionarse con otras culturas y eso abre la mente.

Es lo que hacemos en todas las clases de los idiomas tóxicos (francés, inglés, alemán, portugués, italiano). También vamos compartiendo sobre gastronomía, cultura, chistes, películas, canciones, y muchas cosas más, para que la gente conozca un poquito de la vida de nuestros paisanos.»

Ver: ¿Dónde puedo escuchar radio en francés?

«Pienso que, con el Francés Tóxico y todos sus idiomas, podemos abrirle la mente y brindarle más oportunidades a personas que nacieron en lugares donde no hay ni el mínimo de las condiciones de educación, porque el estado los dejó en el abandono. Yo quiero llegar hasta allá y hacerles ver que existen otras perspectivas.»

Doniphane, sueña con «una Colombia donde todo niño tenga acceso a educación gratuita y de calidad, sin importar donde nació, de qué estrato o de qué raza es, o quiénes son sus papás; porque la base de un pueblo que avanza y crece son los niños y su educación. No se puede seguir negando el derecho a la educación. No hay y nunca habrá desarrollo en un país que no invierte en la educación de su juventud.»

Ver: Entrevista del Francés Tóxico en Le Petit Journal