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Jostin es un joven bogotano de 17 años con discapacidad visual desde su nacimiento, cursa décimo grado de bachillerato en una escuela regular con inclusión para los discapacitados y es estudiante del Francés Tóxico desde hace un año. Su mamá, Nohora, siempre ha querido que su hijo desarrolle su inteligencia porque ella sabe que a pesar de que no puede ver, sus habilidades van más allá de la visión y por eso tiene la firme convicción de que Jostin no tiene limitaciones, por eso es uno de los mejores estudiantes de francés, pronuncia muy bien y ahora está aprendiendo a escribirlo en alfabeto braille.

Historia de un niño con discapacidad

Jostin nació con una enfermedad llamada ausencia de septum pellucidum con displasia septo óptica bilateral. Es un trastorno del desarrollo temprano del cerebro y del ojo que afecta, entre otras cosas, el nervio ocular causando ceguera en ambos ojos y otras patologías. Ver descripción de la enfermedad aquí. En el caso de Jostin, y por fortuna, solo le ha afectado su vista, en un principio en un 100% por lo cual era incapaz de reconocer la luz, pero ahora, después de que toda su vida su mamá ha estimulado sus ojos con luces y tratamientos, es capaz de reconocer un poco más la luz, ver reflejos, distinguir el color blanco del negro y ver un poco algunas imágenes, al punto de poder ver televisión pegando su rostro a la pantalla o incluso jugar Xbox.

Nohora, su madre, supo de la discapacidad de su hijo cuando tenía un mes de nacido y el médico en un control se dio cuenta que sus ojos no respondían al estímulo de la luz, después de realizarle exámenes se determinó el diagnóstico y ella desde entonces no ha descansado un solo día para que Jostin desarrolle sus habilidades a pesar de su discapacidad.

Ella es auxiliar de enfermería de profesión, pero no ha ejercido porque desde que supo la condición de Jostin ha dedicado su vida y tiempo para el bienestar de su hijo, se dedica a vender empanadas con su mamá y también distribuye y posiciona productos en una empresa, ella dice que en lo que salga para ella está bien, con tal de tener el tiempo y los recursos para cuidar de Jostin.

En su familia nunca hubo un caso de cualquier tipo de discapacidad y para ella fue algo nuevo desde el primer momento, “fue encontrarme con que la discapacidad existe, porque ni siquiera en el colegio a uno lo forman para enseñarle las diferentes discapacidades que existen, la única cercanía que yo tenía con alguien discapacitado era un señor que pasaba a diario por mi casa y hasta le tenía miedo porque yo buscaba no cruzármelo”, comenta Nohora explicando lo difícil que fue al principio adaptarse a esta situación.

Sin embargo, ella estaba decidida a demostrarle a Jostin que la discapacidad era algo normal, que podía crecer en un ámbito cotidiano en su hogar con su familia y por eso comenzó a llevarlo a diferentes terapias y tratamientos: terapia ocupacional, terapia física, terapia de lenguaje, entre otras, para que pudiera crecer como un niño sano a pesar de su condición y no tuviera un atraso en su desarrollo.

Jostin y su mamá Tóxica.

Barreras de estudio para un niño con discapacidad

Jostin es un joven muy inteligente, desde niño ha sido inquieto por aprender y su condición no ha sido impedimento para que él se desempeñe en muchas actividades como lo son clases de música, clases de piano, de canto, teatro y hasta de natación, incluso el teatro lo ha hecho de manera profesional.

Sin embargo, Nohora y Jostin se han encontrado con muchas barreras a nivel educativo por su condición, y les han cerrado las puertas un sin número de veces cuando han tocado para pedir oportunidades de estudios para él. Nohora expresa que “las personas ponen mucho problema para enseñarle, en el momento que intentamos que él aprendiera inglés fuimos a varios institutos, pero allá nos decían que no sabían braille entonces sería solo como que lo escuchara y nada más”, para Jostin, era muy difícil aprender esta lengua, pues al momento de realizar un dictado él escribía las palabras como las escuchaba, no como realmente se escribe el inglés porque tendrían que deletrearle palabra por palabra para que él sepa exactamente cómo se escribe.

De igual manera ha significado todo un reto encontrar un colegio con inclusión, porque, según Nohora, en las instituciones donde lo recibían de niño, solo lo tenian por tenerlo y no le dedicaban el tiempo suficiente a su desarrollo, lo que hacía que él se quedara atrasado en su aprendizaje, no porque no quisiera estudiar, ni porque no pudiera, sino porque no había recibido del todo la orientación apropiada.

Fue así como al iniciar su vida escolar, su mamá lo inscribió en un jardín, para que aprendiera a sociabilizar con otros niños y le enseñaran lo básico, después lo inscribió en un instituto especial para niños con discapacidad donde la educación era casi personalizada y compartía con otros 10 niños con su misma discapacidad visual, pero a pesar de esto, empezaron a ver que Jostin no aprendía mucho y que solo iba al instituto a rasgar papel o hacer lo mismo todos los día, y se dieron cuenta que de esta forma él no iba a poder avanzar en sus estudios.

Cambios en la vida de Jostin

Gracias a esto tomaron la decisión de inscribir a Jostin en un colegio regular con inclusión en el que hay un estudiante con discapacidad por salón, pero esta no era una decisión fácil, ya que su mamá sentía mucho miedo de que Jostin fuera discriminado por su condición. Pero pasó todo lo contrario, los niños fueron muy cariñosos con él y lo cuidaban mucho y comenzó a verse el avance a nivel de su aprendizaje gracias al área de tiflología del colegio que hace todo lo posible para que los niños con discapacidad visual se adapten a las clases.

A partir de este momento, Jostin comenzó a ser un niño muy activo y curioso por aprender cada día más cosas nuevas, lo que lo ha llevado a tomar clases extracurriculares y a estar hoy en día en clases de francés, inglés, entre otros.

¿Qué experiencia les ha dejado a Jostin y Nohora esta discapacidad?

Para Nohora, ser mamá de una persona con discapacidad visual le ha dejado muchos aprendizajes, “es darme cuenta de que tanto Jostin como yo somos capaces de muchas cosas, que yo creía que no iba a ser capaz y he podido darle una vida completa sin limitaciones, por ejemplo, cuando estuvo en natación aprendimos lenguaje de señas para que se pudiera comunicar con una compañera que era sorda, es complejo, pero se puede”.

Para Jostin ha sido maravilloso poder realizar todas las actividades que hace a pesar de su condición de discapacidad, piensa que sin eso tal vez no hubiera descubierto sus talentos y no podría dedicar tanto tiempo a lo que verdaderamente le apasiona que son los idiomas. Además, ha desarrollado una muy buena memoria que ha hecho que se desempeñe muy bien en todas sus clases al igual que en las obras de teatro, pues es el primero en aprendérselas y se aprende también los libretos de sus compañeros. Ver obra de teatro de Jostin.

¿Cómo conoce Jostin al Francés Tóxico?

Nohora siempre está muy pendiente de nuevas oportunidades de aprendizaje para Jostin, fue así cuando vio por Facebook un anuncio de clases de francés por el precio de un tinto al día y le llamó la atención porque sabía que Jostin le había dicho que quería aprender idiomas, entonces le preguntó a él que si quería aprender francés y el sin dudarlo le dijo que sí. Su mamá, se comunicó por ese mismo medio con Doniphane, el Francés Tóxico, y él al conocer su historia decidió darle el curso de manera gratuita.

Este curso en estos momentos no está diseñado para personas con discapacidad visual, pero es la oportunidad de aprender a trabajar con personas con esta condición y por qué no, en un futuro ofertar un curso que cumpla con las condiciones necesarias para ellos, porque lo más importante para Doniphane es la inclusión de todas las personas sin importar sus limitaciones físicas.

Así inició toda esta aventura y esta inmersión de Jostin en los idiomas y se fue dando cuenta que le gustaba más de lo que creía, Jostin pronuncia muy bien el francés y en estos momentos tiene un nivel B1, además, en mayo empezó a estudiar otro idioma, igualmente también de manera gratuita y le va muy bien.

El Francés Tóxico y Jostin en un evento en Bogotá.

¿Cómo estudiar idiomas si eres invidente?

Dentro del curso de Francés Tóxico, los estudiantes tienen acceso al cuaderno tóxico, 57 páginas de material para estudiar y practicar el francés, es una ayuda adicional a las tareas diarias y clases en vivo dos veces a la semana, que refuerza el aprendizaje de la lengua.

Jostin pronuncia muy bien el francés gracias a que tiene un oído desarrollado que lo ayuda a entender bien los sonidos, y estudiar con un nativo hace que se perfeccione su pronunciación, pero en cuanto a la escritura, le hacía falta poder practicar un poco más esta parte, hasta que con su mamá tuvieron la idea, y gracias a la tiflóloga del colegio donde estudia, pudieron imprimir el cuaderno tóxico en alfabeto braille y salieron más de 130 páginas con las cuales Jostin ha podido aprender a escribir en francés.

¿Cómo es un día de un niño invidente?

En un día normal, Jostin va al colegio de 6:30 a.m. hasta el medio día, después de almuerzo hace sus tareas y practica un rato francés y al finalizar la tarde juega Xbox o practica inglés con su hermana menor. Las obras de teatro las hace por proyecto, ahora está pendiente de un concierto que se llevará a cabo a final de año.

A raíz de la pandemia, Jostin ha estado escribiendo libros, escribió uno con cuentos de aventuras y en estos momentos está dedicado a escribir a cerca de historia y revoluciones del mundo. Esta es otra de sus pasiones y también sueña con algún día poder estudiar idiomas en otro país.

¿Por qué es importante para Jostin estudiar con el Francés Tóxico?

Lo ayuda a comprender la música que le gusta y a poder investigar sobre la historia desde sus autores principales, además es una puerta para poder viajar y conocer otras culturas. Para Jostin, Doniphane explica muy bien los temas del francés, y además también le entiende muy bien al equipo tóxico en todas las clases. También es un plus estar estudiando con nativos porque eso posibilita aún más el aprender a pronunciar correctamente, las clases son muy dinámicas y se salen de lo común de una clase de idiomas.

Nohora expresa que, en ninguna otra parte les habían brindado la oportunidad de que Jostin aprendiera otro idioma y el Francés Tóxico los hace sentir acogidos pues ha sido un trabajo en equipo, porque para ella el poder aportar a que más personas como Jostin puedan acceder a este estudio es una gran oportunidad que se va construyendo juntos, por eso tomó la iniciativa de imprimir el cuaderno tóxico en braille.

Estudiar idiomas con el francés tóxico le abre el panorama a Jostin, le ha hecho darse cuenta que no hay barreras que le impidan cumplir sus sueños, que a pesar que es un poco más difícil para él se puede lograr.

Jostin se ha vuelto el chico francés del colegio, los profesores los saludan en francés y les gusta mucho que este dedicado a estudiar lenguas, además le ha servido mucho para sus clases de teatro, pues le ayuda a desarrollarse como actor.

¿Qué hace diferente el Francés Tóxico?

Cuando se creó Francés Tóxico, no se hizo con el fin de ser una escuela de idiomas, para su creador Doniphane Meslier, este nació con el propósito de ayudar a la gente “cuando inició la pandemia y yo estaba solo en mi casa, inicialmente yo no cobraba, mi idea era decirle a la gente quédate en casa te enseño francés gratis; y rápidamente terminé con 16 mil personas conectadas por Facebook aprendiendo por los 40 días que inicialmente duraría el aislamiento”.

De este éxito salió la idea de crear un emprendimiento que ayudara a los colombianos a aprender idiomas con buena calidad, metodología tóxica y a un muy buen precio, $90.000 colombianos durante 3 meses, mil pesos por día, lo que vale un tinto en Colombia.

Según Doniphane, otro de sus grandes diferenciadores es que siempre están para el estudiante, para aclarar dudas o explicar una pronunciación. “mandamos tareas los domingos y festivos, dictamos clases días que normalmente no se estudia… porque eso fue lo que le prometimos a nuestros estudiantes porque el aprendizaje de un idioma es de todos los días, no hay vacaciones”.

¿Qué representa Jostin para el Francés Tóxico?

“Considero que Jostin es nuestro estudiante piloto, él ya lleva un año con nosotros y nos ayuda a tener en cuenta las necesidades de un estudiante con discapacidad, cómo aprende y cómo se desarrolla en el idioma” dice Doniphane, es un plus poder tener un acercamiento con personas como Jostin porque gracias a esto el Francés Tóxico podrá crear cursos que sean propios para ellos y lograr así que esta población tenga acceso a este aprendizaje.

Y por eso, está trabajando de la mano con Jostin, Nohora y otras personas con discapacidad para crear estos nuevos proyectos, porque ¿quién mejor para saber lo que necesitan que ellos? y es así como poco a poco más personas, tanto estudiantes como equipo de trabajo, se han unido a esta bella labor que quiere dar voz a las personas discapacitadas en Colombia y en Latinoamérica, así sea una voz en otro idioma.

Conoce más del Francés Tóxico aquí.